Amarantis lo forman Jorge y Amaranta, de ahí viene el nombre de su cerveza; amantes de la cerveza desde hace ya muchos años, un día decidieron compartir sus conocimientos con el resto de cerveceros y se lanzaron a la aventura. De esto hace unos tres años y ya podemos encontrar su cerveza en varios locales.
Jorge y Amaranta nos cuentan sus orígenes, sus sueños y sus proyectos. Lo hacen mientras saboreamos su Kelly La Rubia en uno de los locales con más solera de la capital madrileña, Caffeke, cerca de la Plaza Mayor.
El santuario de la cerveza: ¿Cómo, dónde y cuándo surge Amarantis?
Amaranta: Siempre hemos sido amantes de la cerveza y cada vez que viajábamos, probábamos cosas nuevas, visitábamos fábricas con nuestros Hermanos de los Beer Brothers y eso nos animó a elaborar nuestra propia cerveza. Yo pensaba que era un jaleo pero ha resultado ser muy divertido. Cuando sale una cerveza buena, es muy satisfactorio.
Jorge: Amarantis surge hace tres años. Todos los que hacemos cerveza siempre tenemos en la cabeza el sacarla un día al mercado. No es fácil hacer buena cerveza para los demás. Amaranta no estaba muy convencida pero le regalé un curso de elaboración y eso nos animó.
SC: ¿ Teníais claro la cerveza que ibais a elaborar?
J: Sí, sí, una cerveza muy clásica. Yo creo que es de las pocas cervezas artesanas que se comercializan en España que es de un estilo clásico. Normalmente, lo artesano tiende a buscar algo diferente. Yo quería una cerveza del estilo de siempre, de toda la vida. Cerveza para repetir otro día.
A: Queríamos empezar por una cerveza de un estilo que nos hizo amar este mundo; un estilo belga que nos encanta. Ahora mismo, solo tenemos esta rubia belga, pero tenemos en mente nuevas recetas.
J: Tenemos previsto para después de verano alguna novedad. Nosotros elaboramos tiradas pequeñas, unos 500 litros. Lo próximo va a ser una Porter, una cerveza negra muy ligera y ya está todo preparado. A la gente este tipo de cerveza todavía le echa para atrás. Luego, cuando la prueban, les gusta, pero al principio son más reticentes. Son estilos más estacionales y por eso lo dejamos para otoño. Pero al final no buscamos, de momento, nada innovador. Buscamos estilos clásicos porque nos gustan más estos estilos de cervezas. Puedo beber IPAs pero al final acabas bebiendo lo que te gusta más.
SC: Clásica pero con toque artesanal.
A: Obviamente. Clásica pero artesanal.
SC: ¿El origen del nombre, Amarantis?
A: Estábamos buscando nombres y en el trabajo, una compañera me llama cariñosamente Amarantis y la verdad es que me pareció curioso. Era juvenil, divertido… se lo dije a Jorge y nos gustó.
SC: ¿Y el nombre de La Rubia Kelly?
J: La Rubia Kelly es el nombre de nuestra perra. Tenemos dos perros y una de ellas es un setter inglés; los llaman rubios directamente. Por eso La Rubia Kelly.
SC: Entonces ¿Tenéis el nombre ya para la Porter?
J: No, exactamente. Se iba a llamar Bicho Porter. Era un perro negro que le llamábamos bicho. Se llamaba Jacinto pero Jacinto tienen menos tirón (Risas).
SC: ¿Dónde elaboráis?
J: Nosotros somos nómadas y ahora estamos elaborando en Toledo, cerca de Talavera de la Reina, en la fábrica de Ébora. Por las condiciones que buscábamos, lotes pequeños pero con máxima calidad y tecnología, nos parecieron bien las instalaciones de Ébora. Nando nos puso en contacto y aquí estamos. Normalmente para lotes pequeños de 500 litros, se utilizan fermentadores atmosféricos pero en esta fábrica nos comentaron que teníamos la posibilidad de elaborar lotes pequeños en sistema isobárico. Nos gustó muchísimo su forma de trabajar y hemos aprendido mucho juntos. Precisamente, la semana pasada estuvimos elaborando otro lote.
«…en el trabajo, una compañera me llama cariñosamente Amarantis y la verdad es que me pareció curioso.»
SC: ¿Cuántos litros elaboráis anualmente?
J: Con el tema de la pandemia es complicado, pero la idea es elaborar cada dos o tres meses 500 litros. Ahora mismo, por desgracia, no se puede saber.
SC: ¿Cuánto habéis tardado en conseguir el sabor que buscabais?
J: Pues a base de ir probando, vas buscando el sabor que quieres y vas puliendo errores.
A: Yo creo que hicimos unos 8 lotes distintos en casa. Pero hay que reconocer que, como nos gustaba, tampoco fue un esfuerzo grande seguir experimentando.
J: Y luego ya fuimos a la fábrica. Incluso, tuvimos suerte porque cuando fuimos salió todo bien y muchas veces no ocurre porque el escalado es diferente, las máquinas son distintas y no sale como tú quieres. Nosotros hemos hecho muchas pruebas antes y lo ha probado gente experta que verdaderamente nos dijo qué les parecía. Necesitábamos gente con criterio para saber realmente cómo era la cerveza. Además, de momento, seguimos con nuestros trabajos y esto es un hobbie grande.
SC: ¿Cuáles fueron los principales problemas que os encontrasteis al principio?
J: Pues el espacio donde elaborarla, encontrar una fábrica que nos gustara.
SC: ¿Por qué elegisteis la botella como envase?
A: En la fábrica de Ébora es lo que hay. Y nos gusta la botella; es más clásico que la lata; a mí no me gusta especialmente la lata. Al final, cuando hemos producido los lotes en casa lo hemos hecho sin problema porque tenemos suficiente espacio. Y en la fábrica tienen mucho espacio y podemos mantener la cerveza allí hasta que la traemos a Madrid para venderla.
SC: ¿Habéis encontrado mucha resistencia a la hora de colocar vuestro producto?
J: Resistencia no, pero sí que es verdad que algo de escepticismo. Nosotros hemos tenido la suerte de que, por contactos o conocidos, tenemos terreno ganado. En ese sentido bien; pero, ahora mismo, hemos tenido la valentía de tirar para adelante en una época como esta, de pandemia. Una cosa es hacerla en casa y otra es lanzarla al mercado. A mí me gusta mucho la cerveza pero me gusta más beberla con mis amigos. Por eso quisimos compartirlo con nuestra gente.
SC: ¿Dónde se puede encontrar la Rubia Kelly?
J: En Caffeke, en la tienda de Villalba, los Beer Brothers, en Lúpulo y Amén, una tienda en Talavera de la Reina (cerca de la fábrica) que confió en nosotros desde el principio y estamos pendientes del nuevo lote para abrir un poco más el abanico en tiendas de Madrid.
A: No queríamos moverlo mucho en comercios ni en restaurantes por no quedarnos de repente sin stock y tardar luego mucho tiempo en recuperarlo. Por eso, de momento, lo tenemos en poquitos sitios. Pero, de cara al segundo lote, la idea es empezar a movernos un poco más. Y sabiendo bien los plazos de producción.
SC: ¿Notáis una fidelización?
J: Sí. Lo que pasa es que en cervecerías la competencia es brutal. Esta cerveza, por ejemplo, comparada con una Leffe que lleva desde hace siglos, pues no es lo mismo. Y es un público muy concreto. La cerveza artesana, en tiendas especializadas más que en bares, sí que sabemos que está gustando. La gente está repitiendo y vuelve a tomarla. En ese sentido, estamos muy contentos.
SC: ¿Cómo veis el panorama de la cerveza artesana en nuestro país?
J: A ver, si me hubieras preguntado esto mismo hace un año, no te contestaría lo que pienso ahora. Pero yo, sinceramente, creo que el problema que tiene la cerveza artesana… hace un año nos encontrábamos en un momento de expansión total. Porque llevamos un retraso de 20 años con países como EEUU; porque en Inglaterra la cerveza artesana es más residual, porque hay tanta cerveza de calidad que no es necesaria fabricar de forma artesanal. En España, en los últimos años ha habido un subidón importante. Y es verdad que todavía en los bares te miran raro si preguntas qué cervezas tenéis. Y sin embargo, tienen 15 vinos. Nos falta esa cultura. Y esa cultura que estaba empezando a crecer, pues llegó la pandemia y se paralizó todo. Ese el problema que tiene el sector cervecero ahora mismo. Yo creo que goza de buena salud pero está en un in pass. Está en un parón pero yo creo que cuando todo esto pase, al que le guste la buena cerveza va a seguir consumiendo cerveza. La prueba es que las grandes marcas industriales están intentando meterse en el nicho de la artesanas. Algunas han cogido la distribución de determinadas marcas, por ejemplo Mahou ha cogido Founders, Estrella Galicia ha cogido BrewDog…
SC: En ese sentido, ¿algo está cambiando?
A: Sí, además en estilos. Ya no se basan en los estilos de toda la vida. Fabrican nuevos estilos, IPAs, NEIPAs, estilos que hace años no sacaban y están viendo que hay un mercado emergente ahí. Pero opino como Jorge, gozamos de buena salud pero está parado por el tema de la pandemia.
SC: ¿Qué os dijeron vuestros conocidos cuando vieron que os lanzabais al mercado en tiempos tan convulsos?
J: Pues que estábamos locos, que nos aburríamos mucho. (Risas).
SC: ¿Hay mucha diferencia entre una cerveza artesana y una industrial?
J: En España, por desgracia, tenemos una gran diferencia entre cerveza industrial y cerveza artesana. Pero yo creo que hay muchas cosas por medio; hay cervezas que no son artesanas pero que tienen una gran calidad, que se hacen respetando los tiempos, tienen los ingredientes de primera calidad, siguiendo las normas de pureza, etc. Entonces, hay diferencia con una cerveza artesana, que no tiene que ser mejor ni peor, solamente es diferente. Porque las cervezas belgas, por ejemplo, las hacen maestros cerveceros que llevan 200 años haciendo la misma receta; así que algo bueno tiene que tener. Es una cerveza de calidad; yo siempre lo diré, no criticaré las cervezas industriales porque la gente las bebe mucho y será por algo. Otra cosa es que a mí no me guste. Es una cosa distinta. Una cerveza artesana cuando la pruebas es distinta: los ingredientes, el sabor… se nota que tiene algo más. El problema de las cervezas industriales es que son una especie de refresco con alcohol; son mucho más neutras y no tienen los matices que tienen las artesanas. Pero no lo critico porque entiendo que son dos cosas distintas.
SC: ¿Creéis que hay buen nivel de cervezas artesanas en España?
J: Sí, sí, muy bueno. Hay gente muy buena y sin llevar mucho tiempo. La mayoría de las cervezas artesanas que se hacen en España, por ejemplo, La Virgen, en la zona de Madrid, no llevan muchos años pero han sabido crecer y hacen una cerveza de mucha calidad. En el Norte, en el País Vasco, se hacen cervezas buenísimas. En Madrid igual, con diferentes puntos de vista, por ejemplo la gente de Gabarrera que hace una cerveza buenísima con sus métodos tradicionales y con sus objetivos bien definidos. Por ejemplo, está Román, de Península en Alcobendas, que además de ser la persona más simpática y humilde del mundo, es un cervecero a nivel mundial.
SC: Ya que habláis de Península, ellos tienen más de 30 estilos diferentes, ¿no son muchos?
J: Cuando nos preguntabais por el tema de las latas y las botellas… para nosotros, las latas implican novedad; cuando ves la lata, tú nunca vas a ver la misma lata en la tienda dos veces; la lata ha cambiado el dibujo, ha cambiado el diseño… Y es por la demanda. Nos lo explicó un cervecero amigo; la mayoría de los bares quieren botellas, no te van a pedir latas. Sin embargo, hay bares especializados en cervezas que tienen las neveras repletas de latas. Eso demanda mayor movimiento de novedades.
SC: Vuestra etiqueta, ¿cómo surge?
J: El diseño de la etiqueta es cosa de su hermana (mira a Amaranta); vive en Londres y es diseñadora gráfica.
A: Fue la típica tontería porque le dijimos que íbamos a fabricar cerveza y queríamos que nos hiciera un logo de Amarantis para la etiqueta. Estando en un bar, sacó su cuaderno, sus pinturas y empezó a hacer un dibujo. Y la verdad es que nos encantó. Nos dijo que podría ser algo así y le dijimos que tal cual. Y así se quedó. A su manera pero es muy diferente a lo que hay en el mercado.
SC: ¿Sabemos valorar en España la cerveza artesana?
J: Es una pregunta muy relativa. Hay gente que sí y hay gente que no. Todavía falta mucha cultura cervecera, el primero yo. Y no solo respecto a otros países, también el saber apreciar otras cosas. Lo de «es que la cerveza artesana es cara», si la gente supiera lo que valen las maltas, lo que valen los procesos, lo que hay que hacer para que una cerveza salga bien… Porque tienes que tener muchos materiales como un fermentador, que madure durante meses… Igual la pregunta no es por qué la cerveza artesana es tan cara. Igual, habría que preguntarse cómo una cerveza industrial que te la venden a ti por céntimos y la hacen en 4 días puede ser tan barata… Falta más cultura en ese sentido. Cuando hablo de cultura cervecera, no hablo tanto de entender (porque entender es muy difícil) como de saber apreciar. Hay que saber apreciar lo que te estás tomando. Nosotros tenemos la suerte de que hay cosas que nos gustan y compartimos los gustos y hay cosas que no compartimos.
SC: ¿Se puede competir con el mercado industrial?
J: Yo creo que no es tema de competir. No hay que entenderlo como una competición. Yo creo que hay sitio de sobra para todo el mundo. Es cuestión de cohabitar con las marcas mayoritarias. Tú tienes tu hueco y yo el mío. Yo soy el primero que a lo mejor en casa me apetece una cerveza más de batalla, una cerveza industrial, porque me apetece en ese momento, porque es más ligera. No es blanco y negro. Se puede cohabitar, se puede coexistir.
SC: ¿Cómo es la relación con el resto de cerveceros artesanos?
J: Antes, cuando era un simple aficionado, por ejemplo, en Villalba, de donde somos nosotros, se celebraba una Feria y ahí te das cuenta de la relación que tienen entre ellos. En cualquier otra circunstancia verías más competitividad pero aquí es al revés; te recomiendan probar todas las cervezas. Te das cuenta de que es un mundillo donde todos nos ayudamos. No conocemos cervecero malo… todavía (Risas).
A: La relación que tenemos con los maestros cerveceros más cercanos, Gabarrera, Península, CCVK, Panda…. todos son un encanto. De hecho, la primera vez que coincidimos con Gabarrera fue en una Feria Ecológica y ahí empezamos el contacto. Son más que colegas; son un referente para nosotros.
J: Cuando hicimos la Porter para el concurso, Nando nos lió e hicimos un concurso con una cerveza del mismo estilo. Hicimos una Porter que nunca lo habíamos hecho nunca y la verdad es que salió espectacular. Y a raíz de eso, el jurado era Dani, de CCVK, un experto cervecero, Aitor Alarcia, de Panda, que en mi opinión es uno de los mejores cerveceros que hay en este país, Román de Península y el chico de Monkey… es decir lo mejorcito de este país. No quería ganar, me conformo con que prueben mi cerveza. Ese era mi objetivo, que la probasen. Y si les gusta, ya es la leche.
SC: ¿Un sueño o un objetivo para este año?
J: Seguir creciendo, poco a poco. Ahora, hacer una Porter. Primero, por no tener solamente una cerveza y segundo, no es porque la hagamos nosotros, es que está muy rica… Ganamos ese concurso y tuvo una acogida muy buena. Hemos decidido que esa será nuestra próxima cerveza.
A: De hecho, mientras que la gente bebía cerveza rubia, la de toda la vida, yo siempre pedía una pinta de Guinness; me encanta ese estilo de cerveza.
Jorge y Amaranta, Amaranta y Jorge, cabezas visibles de este bonito proyecto, AMARANTIS, que a buen seguro irá haciéndose un hueco en el panorama craft nacional. A la espera de degustar su Porter, de momento nos conformamos con su Kelly La Rubia, una Belgian Blonde Ale, que desde elsantuariodelacerveza.com os animamos a degustar. Suerte en tiempos de pandemia.