Alejandro Vega, CEO de Cervezas La Grúa: «Nuestros diseños expresan la potencia que hay dentro de cada lata»

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Hace ya casi una década, Alejandro Vega, treinta y cinco años y químico de profesión, empezaba a cumplir su sueño de elaborar cerveza, su verdadera pasión. Después de un tiempo en contacto con los mejores maestros de EEUU, decidía poner en marcha este ambicioso proyecto. Ubicados en la localidad de Pontejos, muy cercana a Santander, CERVEZAS LA GRÚA no ha dejado de crecer aún en tiempos convulsos como son éstos inmersos en esta crisis social y sanitaria. Hoy exportan al extranjero, a países como Malta, Francia, EEUU o Portugal, lo que hace idea del buen trabajo llevado a cabo durante estos diez años.

El santuario de la cerveza: ¿Cómo, dónde y cuándo surge la idea de lanzar o elaborar cerveza?

Alejandro Vega: LA GRÚA nace en el año 2011. Lo hace un poco como todo amante de la cerveza, elaborando en casa. Más tarde, conocimos una empresa que trabaja por el desarrollo de Cantabria con un buen plan de ayuda a jóvenes emprendedores. Presentamos una idea sobre cerveza artesana y ellos apoyaron el proyecto y nos financiaron. Empezamos de forma local pero hoy exportamos ya a cuatro países y lo cierto es que se nos ha ido de las manos, para bien claro. Nosotros salimos al mercado en 2013 (cumplieron hace poco su séptimo aniversario), tardamos en montar todo aproximadamente un año y medio y la verdad es que todo ha ido muy bien. Hemos ido creciendo cada vez más.

SC: ¿Recuerdas cómo fueron los principios, cómo fue la primera cerveza que elaborasteis?

A: Sí, la primera cerveza que lanzamos al mercado fue una Pilsen. Nosotros queríamos hacer una Pilsen y una Red Ale para competir con las cervezas industriales que había en ese momento en los bares en Cantabria. Lo que queríamos era que con esas dos cervezas, la gente empezara a beber cerveza artesana poquito a poquito y dejara de consumir las cervezas industriales que copaban todos los bares. Hoy, en el año 2021, aquí en Cantabria, vas a los bares y ya encuentras distintas marcas de cerveza artesana. Antes era imposible, era muy difícil encontrar cerveza artesana.

SC: ¿Los principales problemas que te encontraste a la hora de poner en marcha tu proyecto?

A: La burocracia, claramente. Nosotros estuvimos un año y tres meses esperando las licencias. Todo eso se demoró y se demoró porque en esa época no había experiencia en el tema regulatorio. Entonces, la Administración fue super lenta e incurrimos en unos costes tremendamente altos. Estuvimos al límite porque no había mucho más dinero para poder aguantar esa situación. La fábrica estaba toda montada pero faltaban los permisos y no podíamos fabricar.

SC: En Cantabria, se os puede considerar, junto con Dougall’s, de los pioneros…

A: Sí, DOUGALL’S nace en el año 2006 aproximadamente. Luego vamos nosotros, después vino LA CERVEZUCA, aunque ya cerraron… junto con DOUGALL’S somos los más antiguos.

SC: ¿Cómo estáis viviendo todo el tema de la pandemia, tanto a nivel general como a nivel particular ?

A: Nosotros hemos seguido elaborando cerveza. Afortunadamente no hemos mandado a nadie al ERTE. Hemos intentado es que toda la cerveza que se vendía antes en los bares llegara, mientras duró el cierre, directamente al cliente final. Lo hicimos en venta online, venta directa desde la fábrica, con distribuidores que han seguido trabajando, entregas a domicilio, etc… En definitiva, luchando e intentando sobrevivir porque ha sido bastante duro. Bueno, hoy sigue siendo duro, porque los bares que representan el 90% de nuestros clientes, hoy los cierran, mañana los abren, pasado mañana los vuelven a cerrar… es una incertidumbre constante. Es complicado, sobre todo a la hora de sacar referencias nuevas.

SC: ¿Es complicado volver, entonces, a los niveles pre-pandemia?

A: Muy complicado. Como digo yo, lo importante este año no es ganar; vamos a intentar no perder, y si empatamos ya será un éxito para los años siguientes. Que gracias a la vacuna, podamos volver a la normalidad.

SC: ¿Qué valoración haces, en general, del nivel que hay en nuestro país en cuanto a cultura cervecera?

A: En la actualidad, llega muchísimo producto de fuera y de muy buena calidad y al final el consumidor es lo que demanda. Porque si tú estás poniendo una IPA en el mercado y el nivel es inferior a lo que está llegando de fuera, al final la gente consume lo que viene del exterior. No le importa que se fabrique en Italia o en Albacete, lo que le importa es la relación calidad-precio. Y si el cliente paga seis euros por una pinta en un bar y le gusta, perfecto. Pero si paga seis euros y no le gusta, no va a volver a pedir esa marca. Todo lo que llega de fuera es muy bueno, muy fresco… bueno, no todo, el 80%. Aquí en España hemos tenido que subir el nivel mucho y creo que se ha conseguido. Hay fábricas en España que hacen cosas muy potentes.

cervezas la grúa

SC: Entiendo, por lo que comentas, que empieza a haber más cultura cervecera, que la gente entiende más de cerveza.

A: Sí, yo creo que hay dos sectores claramente diferenciados. La gente que empieza a probar cosas nuevas, cervezas artesanas y empieza a probar IPAs, sabores nuevos, etc… Y la gente cervecera que ya va buscando ciertos lúpulos, ciertas marcas, ciertos estilos. Eso ha cambiado. Hay gente que se olvida ya de la Mahou o de la San Miguel y busca IPAs. Queda mucho camino por andar pero 2021 no es 2015, hoy, el consumidor quiere algo más.

SC: Comentaste antes que exportáis al extranjero, ¿qué tal la acogida?

J: Bien, la verdad es que estamos muy contentos. Nosotros somos bastante pequeños, tenemos fermentadores de dos mil litros y no somos lo suficientemente grandes como para abastecer lo de España más lo de fuera. Lo que más sacamos es a Francia. Lo que mandamos a Francia es super recurrente, cada dos o tres meses mandamos cerveza a Francia y la acogida es muy buena.

SC: Tenéis un montón de estilos y variedades; junto a Basqueland, Cierzo o Península sois de las marcas con más tipos de cerveza.

A: Nosotros estamos sobre las cuarenta referencias. Nos fijamos muchísimo en el mercado norteamericano. Intentamos ir una o dos veces al año a EEUU para ver qué se está haciendo, hablar con amigos, hacer colaboraciones… y seguimos mucho el modelo americano. El modelo americano está en constante evolución y sacando cosas nuevas. Es verdad que no sacamos tantas cosas como BASQUELAND o PENÍNSULA, que probablemente, en su modelo, son los mejores. Pero sí que intentamos estar a la vanguardia y sacar cosas nuevas, cosas frescas, para el público. Últimamente lo que estamos haciendo es repetir cosas que ya hemos hecho y que no sacamos habitualmente. Si el año pasado hicimos una NEIPA y gustó, pues la volvemos a hacer este año. Repetimos cosas anteriores.

SC: ¿No se corre el riesgo de saturar el mercado con tanta cerveza, con tanta novedad?

A: Sí, probablemente corremos ese riesgo. Pero siempre hay que alimentar ese otro sector que es el que quiere novedades constantes. Nosotros no sacaríamos novedades si la gente no lo demandara. Hay un mercado que quiere novedades. Si ese mercado no existiera, nosotros siempre haríamos las mismas cuatro cervezas. No nos importaría; pero nosotros vemos que nuestras cervezas de todo el año o cervezas que repetimos mucho no las vendemos igual que cervezas nuevas.

«…que el primer impulso que tengas sea cogerlo de la estantería porque te llama la atención.»

Entonces, nos gusta experimentar… De repente, llegan lúpulos nuevos y a nosotros, como cerveceros, lo que nos gusta es hacer cervezas nuevas y probar cosas. Yo, lo comparo con un chef de 3 estrellas Michelín, que va rotando sus platos. La carta en esos restaurantes nunca es la misma; rotan muchísimo, buscando sabores nuevos. Pero al mismo tiempo, intentamos mantener referencias a la par que sacamos cosas nuevas pero no siempre es fácil. Nos gusta innovar como si fuéramos chefs de 3 estrellas que elaboran sus mejores platos para que la gente vaya a sus restaurantes.

SC: Hablando de restaurantes y de Estrellas Michelín, ¿para cuando una carta de cervezas en los restaurantes?

A: Para nosotros sería fantástico pero esa es una pregunta más para los restaurantes y los chefs. Lo que no es normal es que tengan una carta de vinos extensa, con unos vinos increíbles y luego que haya una carta de cervezas con San Miguel, Estrella Damm o Alhambra. Habrá que preguntárselo a ellos. Yo creo que es un tema económico, evidentemente. El anuncio de los cocineros de Estrella Damm vale alrededor de cuatro o cinco millones de euros. El día que nosotros tengamos ese dinero para publicidad, seguramente tengamos un equipo de MotoGP como Estrella Galicia. Aunque si tuviéramos más dinero, lo usaríamos en meter más lúpulos a la cerveza. Eso sí, el día que el consumidor exija una buena cerveza, al hostelero no le va a quedar más remedio que pensarlo.

SC: Vamos a hablar de tus cervezas, ¿qué os diferencia del resto de cervezas artesanas?

A: Nosotros cuidamos el producto al máximo. Con buenos ingredientes se hace buena cerveza y con malos ingredientes es imposible hacer buena cerveza. Si cuidas al máximo de tus maltas, de tus lúpulos… nosotros traemos los lúpulos de EEUU y Nueza Zelanda y todo muy fresco. Trabajamos con levaduras líquidas muchas veces porque nos encanta los perfiles que dejan. Al final, intentamos que eso se plasme en las cervezas. Y si a eso le sumas la pasión que tenemos por las NEIPAS, evidentemente sale un producto muy bueno. Intentamos, siempre que podemos, ir a EEUU a aprender de los mejores. Hacemos mucha comunidad cervecera y lo que bebemos y lo que nos gusta allí, lo intentamos traer aquí. Así conseguimos tener este tipo de cervezas que cada vez son más frescas y más potentes.

SC: ¿El origen del nombre, LA GRÚA?

A: La Grúa es un monumento que hay en Cantabria. Es una grúa de piedra, con la base de piedra, donde antiguamente, entorno al año 1890, llegaban los barcos de todo el Norte de Europa y venían a Santander a descargar porque era la grúa más potente que había. El resto de grúas no podían bajar locomotoras, hierros, autobuses, etc… y se quedó como un monumento más de la ciudad, un símbolo. Si eres de Santander y ves esa grúa, la identificas inmediatamente. Y como nacimos como un proyecto local, pues decidimos llamarlo LA GRÚA.

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La grúa de Santander

SC: ¿Y el nombre de cada cerveza, cómo lo decides?

A: Tenemos un diseñador ruso que antiguamente vivía en Thailandia y se ha vuelto a Rusia por el tema de la pandemia. Nosotros estamos metidos de lleno en el mundo del arte, es algo que nos gusta mucho. Contacté con él, le conté mi proyecto y le entusiasmó. Y empezamos a trabajar juntos. Y entre él y yo decidimos. Yo elijo los nombres, él decide las ilustraciones. Me pasa los bocetos y decidimos. Lo que sí que intentamos es que todos los nombres sean llamativos. (Buen ejemplo son la Paranoia o la VooDoo).

En una tienda nos peleamos con trescientas cincuenta marcas. Si tú no sabes mucho, lo primero que te llama la atención es la imagen. Necesitamos que esa impresión, que el nombre sean muy potentes para que luego, cuando tú la pruebes, digas, pues sí que es tan potente como el nombre. Pero que el primer impulso que tengas sea cogerlo de la estantería porque te llama la atención. Si hacemos etiquetas de corte clásico como otras cerveceras, a lo mejor no somos tan atractivos, aunque luego el líquido sea increíble. A nosotros siempre nos han gustado mucho las etiquetas de NAPARBIER o LAUGAR. Son una pasada. Intentar llamar la atención del cliente para que vea que lo que hay dentro es muy potente.

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Diseños potentes.

SC: Porque al principio, vuestras etiquetas eran más clásicas, más sobrias…

A: Eran más clásicas, porque era un producto enfocado al mercado local. Eran cervezas mucho más suaves, una Red Ale, una Pale Ale, una Pilsen, no eran locuras. Ahora, cuando le metemos café, cacao o vainilla, o cuando le metemos lactosa, arándanos y vainilla a una Sour, pues queremos que sea potente, que te llame la atención. Cuando hacemos una NEIPA con lúpulos neozelandeses que nos cuestan a precio de diamante, pues queremos llamar la atención. No es una típica IPA inglesa con Cascade monovarietal. Te estamos llamando la atención diciendo «ojo, que esto tiene potencia dentro».

SC: Por lo que nos cuentas, la imagen y el diseño de vuestro producto está muy cuidado.

A: Al final, lo que nosotros queremos expresar es la potencia que hay dentro de la lata. Si la lata es muy potente y ya te llama la atención, la vas a probar una vez y nosotros es lo único que queremos. Si la pruebas una vez, ya está, porque sabemos que te vamos a enganchar. Es muy difícil que la pruebes una vez, y digas, «ufff, esto no me gusta mucho». Lo que vas a hacer es probarla una vez y querer probar el resto de las referencias porque esto me parece muy bueno. Intentamos engancharte la primera vez. A partir de ahí, el producto hace lo demás.

SC: ¿Cuántas referencias tenéis actualmente?

A: Alrededor de cuarenta, es que ya perdemos la cuenta. Y la semana que viene serán cuarenta y dos. Cervezas fijas tenemos seis. Siempre intentamos tener nuestras seis fijas más dos NEIPAS. Podemos decir que tenemos ocho fijas. Aunque no sea siempre la misma NEIPA, siempre hay un par de NEIPAS.

SC: ¿Es el estilo que más os gusta?

A: Sí, de largo. Esta ahí luchando con lo ácido, la verdad. Lo que pasa es que hacemos más NEIPAS que ácidos por la venta que tiene. El ácido en España se está vendiendo muy bien el año pasado y este. Pero todavía nos queda mucho recorrido en lo ácido. Para empezar a hacer ácido en barrica o con levaduras salvajes, queda un mundo en España. Las NEIPAS están muy asentadas, se venden mucho más rápido. Una buena NEIPA bien hecha es lo que a mí más me gusta. Es verdad, que si tengo que tomarme una cerveza más tranquilo, yo bebo ácidos todo el rato, me encantan. Siempre que puedo, voy a una tienda de Torrelavega, MÁS IBUS, donde hay ácidos por todos los lados. Pero las IPAs y las NEIPAS también me gustan, pero sí que es cierto que las IPAs han perdido un poco de protagonismo. También bebo West Coast IPA, Doble IPA, Session IPA…

SC: ¿Vuestras cervezas van dirigidas a un mercado en concreto?

A: Nosotros bebemos la cerveza que nos gusta y hacemos la cerveza que nos gusta. Si nos gusta una cerveza de un estilo, la hacemos. En el mercado hay cuatrocientas marcas. Si te gusta lo que me gusta a mí, te va a gustar LA GRÚA. Hay algunos que nos dicen que tenemos que hacer una Triple IPA y alguna vez lo hemos hecho, pero a mí lo que me gusta son las IPAs normales o las NEIPAS normales. No soy un enamorado de las Stout o de las Brown Ale o del Trigo. No hacemos cervezas que no nos gustan porque creemos que si hacemos cervezas que nos gustan a nosotros, por extensión les van a gustar a más gente. Al final, hay muchísimas marcas de cerveza que hacen estilos de cerveza mucho mejores a los nuestros y nosotros nos centramos en los estilos que a nosotros nos gustan personalmente.

SC: ¿Vuestro referente es más el mercado norteamericano que, por ejemplo, el inglés o el alemán?

A: Totalmente. Porque la influencia y de donde hemos aprendido es allí. Es lo que nos ha gustado desde el primer momento. Si hubiese sido un enamorado de PAULANER, pues estaríamos haciendo trigo, pero no es el caso.

SC: Pero resulta más complicado, para el consumidor final, encontrar cervezas norteamericanas artesanas que, por ejemplo, cervezas alemanas, inglesas o belgas, ¿por qué?

A: Porque son estilos que las propias fábricas no quieren mandar fuera porque tienen todo vendido y porque no es un producto para enviar fuera. Nosotros, cuando hacemos NEIPAS, sufrimos muchísimo si se va a conservar en frío, si ese distribuidor lo va a mantener en frío, si lo va a vender rápido, si la tienda lo va a almacenar y le va a dar el sol… Por ejemplo, yo mando una cerveza a Toledo o a Guadalajara, y no sé la temperatura de la tienda, no sé cómo lo van a almacenar. Tú llegas a la tienda, compras un producto de LA GRÚA y esa cerveza, a lo mejor, no está como tiene que estar. Y el problema, al final, es mío. La gente se gasta seis euros y dice, esto es una mierda. Cuesta muchísimo ganar un cliente y cuesta veinte segundos perderlo.

Santander.

Por eso, en EEUU no exportan fuera de la provincia. En algunos casos, hay que ir a comprar a la propia fábrica pero son tan buenas que a la gente no le importa estar tres y cuatro horas de cola. Las NEIPAS son cervezas que no se han inventado para viajar. Se han inventado para tomar en la propia fábrica. Nosotros ya la estamos elaborando en lata y la estamos haciendo viajar, que insisto, no es lo óptimo, pero intentamos que llegue lo más fresca posible. Pero imagina que tuvieran que ir hasta EEUU… sería más complicado que esas cervezas llegaran bien. Y ellos saben que el mercado que tienen es porque la conservación de la cerveza es tremenda y el énfasis que le ponen en la calidad del producto es muy grande. Cuidan el producto muchísimo.

SC: Empezasteis con botellas de vidrio pero has dicho que ahora envasáis mucho en lata, ¿por qué ese cambio?

A: Hubiéramos empezado con lata pero al principio no había dinero para una enlatadora de primera. Pero ya, todo lo que venía de EEUU, venía en lata. Nosotros, en 2015, hicimos una colaboración con una cervecera de Miami, M.I.A. Brewing, y lo hicimos en lata. Y es que la lata es el futuro. La lata conserva mucho mejor el producto y el transporte se hace mejor. Por un tema muy fácil de entender. Al llevar tanta carga de lúpulo, a la botella le incide la luz y a la lata no. La luz degrada el lúpulo. En la lata no pasa. Y la verdad es que se nota. Tiene mejores propiedades que el vidrio. Lo que pasa es que en España, el vidrio es algo premium y la lata no. Nosotros, en cuanto pudimos dar el salto a la lata que fue en 2019, lo hicimos porque era la corriente que estaba viniendo de EEUU. Todo lo lupulado y todo lo potente venía a Europa en lata. Y nosotros queríamos estar ahí. Y eso que Francia, por ejemplo, quiere sus NEIPAS en botella. Sólo para ellos hacemos ediciones especiales de NEIPAS en botella.

SC: ¿En botella mantenéis algún estilo?

A: Hacemos una Pilsen, una Red Ale, una Pale Ale que tenemos, una American IPA Sin Gluten con Cascade y Citra. Todas estas sí, porque tenemos una línea de supermercados y bares no especializados que lo que quieren es vidrio. Pero, ahora mismo, estamos vendiendo 6 latas por cada botella de vidrio.

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SC: ¿Qué capacidad de producción tenéis en la actualidad?

A: El año pasado hicimos alrededor de noventa y seis mil litros. Este, si todo va bien, a pesar de la pandemia, produciremos entre ciento quince y ciento veinticinco mil litros. Porque también dependemos mucho de los nómadas con los que hacemos el 20 ó 25% del volumen. Hay gente de Madrid que viene a elaborar y si ellos crecen, nosotros crecemos. Es fundamental no tener que bajar la producción, no cerrar la fábrica y no tener que pedir créditos, porque ahí es donde empieza a tambalearse un proyecto que lleva ya ocho años. De momento nos estamos salvando gracias a la gente y a que los pedidos online están funcionado bien. También agradecemos que los distribuidores están ayudando apostando por la cerveza nacional y no tanto por la cerveza extranjera.

SC: ¿Qué tal funciona vuestra tienda online?

A: En la cuarentena, funcionó muy bien. Ahora, es verdad, que como la gente no está ya en casa veintitrés horas delante del ordenador, pues ha bajado evidentemente. Pero nosotros no queremos basar todo en el online. Preferimos que sea un apoyo para llegar a sitios donde no estamos. Hemos aumentado la venta offline gracias a que la gente nos ha conocido en internet. Intentamos que los pedidos lleguen en 24-48 horas.

SC: ¿Colaboráis con otras marcas cerveceras?

A: La verdad es que nos gusta colaborar con otras marcas porque, al final, te juntas con amigos y bebes cerveza. Y ya de paso, pues haces cerveza para poner en el mercado. Muchas veces, por tema de agenda, no hacemos todas las colaboraciones que nos gustaría, pero sí que intentamos juntarnos. (Se puede ver la ficha de una de sus colaboraciones, la Izozki, elaborada con la cervecera Drunken Bros).

SC: La última, un deseo o un objetivo para este año.

A: Yo lo que quiero, es que todo el sector de la cerveza artesana vuelva a estar en los niveles que estaba en pre-pandemia. Niveles de finales de 2019, principios de 2020. Porque estábamos en un punto en el que el sector estaba potente, afianzado y con ganas de dar guerra. Mi deseo para finales de año es que volvamos a estar en los niveles del año 2019. Habremos perdido dos años pero bueno… pero esta corriente es imparable, que el sector craft no baje los brazos porque vamos a seguir adelante y vamos a conseguirlo.

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