Javier Calvo, coleccionista: «Detrás de la cerveza, hay mucha historia y mucha cultura»

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cervezas Javier Calvo colecciónista

Hoy tenemos la suerte de charlar con un amante de la cerveza y el coleccionismo. Javier Calvo Angulo, natural de Burgos, aunque residente en Murcia, es un hombre tranquilo y amante de la naturaleza. Es un placer escuchar hablar a este profesor de Historia de su afición por la cerveza y su pasión por el coleccionismo. El amor por la historia y por la cerveza se nota al comenzar la entrevista. Tiene un blog personal que merece mucho la pena, botellasserigrafiadas.blogspot.com, en el que la historia de la cerveza tiene todo el protagonismo. Su colección de botellas serigrafiadas es un auténtico referente para todos aquellos que se inician en el mundo del coleccionismo.

Miembro de CELCE, Club Español de Coleccionismo Cervecero, desde hace ya unos cuantos años, nos cuenta sus experiencias cerveceras y cómo se inició en este maravilloso mundo del lúpulo.

Javier, ¿cómo se inicia uno en el mundo del coleccionismo?

A mí me gusta mucho salir al campo y a veces encontraba, sobre todo en la zona de Murcia, alguna botella antigua y me quedaba mirándola. Cervezas como la Cruz Blanca que es del norte. Empecé a recoger alguna por curiosidad porque me daba pena dejarlas tiradas. Luego hubo un factor casualidad enorme. Como Profesor de Historia, un día estaba en el Archivo Municipal de Burgos y allí encontré un documento de un embargo de una fábrica de cerveza en la época de la invasión francesa. Me llamó la atención y empecé a hacer un blog de cosas cerveceras. Se puso en contacto conmigo Pedro Miguel Ortega, una de las personas con más cultura cervecera que conozco. Era un trabajador antiguo de Heineken y me ofreció colaborar con la revista. Me hice socio de CELCE y empecé a tener contacto con coleccionistas. Empecé a coleccionar y me centré en botellas serigrafiadas, es decir, botellas que utilizan la pintura en vez de la etiqueta. Eran botellas muy comunes hasta los años 80 pero hubo un cambio legislativo y en la actualidad son casi testimoniales. También me aficioné a las botellas de relieve, de los años 1900, 1920 ó 1930, que son botellas muy raras e interesantes.

Entonces, tu colección se basa en botellas serigrafiadas…

Sí, y de relieve también. Algunas botellas son muy comunes, por ejemplo los famosos «botijos» de DAMM o las botellas de EL ÁGUILA. Y otras son muy raras, como las botellas de COSTA SOL de Málaga. Son botellas rarísimas y muy caras. Y hay a veces marcas muy comunes con botellas de edición limitada. Hay botellas con un solo ejemplar. Siempre hay ese entusiasmo cuando aparece algo nuevo.

¿Cuántas botellas tienes en la actualidad en tu colección?

Calculo que ahora tendré algo más de 400. No todas son españolas, hay de otros países.

cervezas Javier Calvo colecciónista

¿Cómo adquieres nuevas botellas?

Normalmente estás atento a todas las novedades que sacan las marcas. Los mismos aficionados nos ponemos en contacto por las redes e intentas averiguar quién puede conseguirla para intercambiarlas. Y las antiguas, sobre todo en rastros o mercadillos de Antiguedades. Y luego la gente que te conoce te da alguna botella que ha encontrado en su desván. Hace poco, un amigo que estaba haciendo reforma en casa encontró algunas botellas y me las regaló. Y luego funciona mucho el intercambio y hay páginas que venden.

Con la pandemia, ¿has notado que se consiguen menos botellas?

Sí, nos ha afectado mucho, porque ha habido que parar muchas actividades. No puedes visitar ferias ni mercadillos y eso se nota negativamente. Todo esto perjudica.

 ¿Eres miembro de CELCE solamente o de alguna Asociación más ?

Yo sólo soy socio de CELCE. Normalmente teníamos hasta el confinamiento dos reuniones al año en distintos lugares de España. Teníamos previsto reunirnos en Burgos, por el 50 aniversario de San Miguel, pero ya no pudimos hacerlo. En esas reuniones hacemos intercambios. Ahora lo que funciona son los grupos en las redes.

 ¿Cuál es la botella más rara que tienes en la colección?

Todo es relativo. A mí me gusta La Esperanza de Vitoria. Es una botella rara. A mí me gustan las botellas de relieve, ya desaparecidas, como pueden ser La Extremeña, las primeras botellas de El Águila que tenían el tapón como el de cava y tenían una cruz. Quizás sean las más raras.

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¿La botella a la que tienes más cariño?

Tengo mucho cariño a las botellas de El León. No suelen ser difíciles de conseguir pero yo viví muy cerca de la fábrica de El León. Forma parte de mis recuerdos de la infancia. No son muy caras pero yo las tengo especial cariño.

La cerveza más cara que tienes…

Depende del momento en el que esté el mercado. No sabría decirte exactamente porque te puedes llevar una sorpresa. Los precios no son fijos; depende de la subasta. Si de repente aparece una botella nueva y única, pues lógicamente tiene un gran valor.

¿Una botella que te gustaría tener y se te resiste?

La Costa Sol. Porque estuvo muy poquito tiempo en el mercado. La fábrica cerró a principios de los 70 y hay muy pocas botellas. Incluso llegó a haber muchas falsificaciones. Es una botella que me encantaría tener. No es fácil de conseguir porque además te pueden vender una falsificación.

¿Hay buen rollo en el mundo del coleccionismo?

¡Sí!, se intercambia, se colabora, sí. Luego, hay gente con la que tienes más feeling y gente con la que no. Pero es como la vida misma.

El boom de la cerveza artesana ha hecho que haya mejorado el nivel de las cervezas industriales.

¿Es caro este tipo de coleccionismo?

Depende de lo que cada uno se quiera gastar. Depende de cada uno. Hay gente que se gasta 400 euros y hay gente que cuando la botella pasa de cierto tope, pues se retira de la puja. Hay gente que se gasta muchísimo dinero y hay personas que van intercambiando y no les resulta caro. Yo compro e intercambio.

¿Botellas llenas o botellas vacías en tu colección?

Siempre vacías. Tengo alguna llena pero yo prefiero botellas vacías. Además, la mayoría de las cervezas antiguas te las vas a encontrar vacías. Es una tontería rechazar una botella importante porque esté vacía.

¿Cómo ves el boom de la cerveza artesana?

Yo soy un admirador de su labor. En muchos casos son gente con pocos recursos económicos y es admirable. Hay botellas artesanas que son un objetivo a conseguir… Yo les admiro y creo que están haciendo una labor enorme. El boom de la cerveza artesana ha hecho que haya mejorado el nivel de las cervezas industriales. Porque hay más competencia y hoy en día todas las marcas ofrecen más tipos de cerveza. Ahora, cualquier marca tiene ediciones especiales, tiene su IPA… en fin, ha mejorado muchísimo el mercado. Ha sido el aliciente que necesitaba la industria para mejorar la calidad.

¿No se corre el riesgo de saturar el mercado?

El mercado tiene su propia ley, que es la oferta y la demanda. El mercado se autorregula. Unos cierran, otros se unen, otros se vuelven nómadas. Es un mercado en continua adaptación. A mí me gusta mucho la historia de la cerveza. En el Siglo XIX, la cantidad de marcas de cerveza en España era muy grande. Todos esos fabricantes, con un proceso de concentración, se fueron quedando en unos pocos. Pues aquí, imagino, que será igual. Para mí es un aliciente ir a un lugar y conocer la cerveza artesanal que se hace ahí. Hay muchos. Muchos van a desaparecer y otros se consolidarán.

¿Te consideras un experto en cervezas o un experto en coleccionismo?

Me considero un aficionado a todo, con ganas de aprender. No me considero un experto de nada.

Lo mío es un poco peculiar, porque las botellas extranjeras las tengo en Burgos y las botellas nacionales las tengo aquí. No sé si con el tiempo me haré un refugio con mis cervezas pero exponer no es algo que me motive mucho. Lo disfruto yo y disfruto además de mi blog, hablando de la historia de la cerveza.

¿La mejor cerveza que has probado?

Yo tengo que reconocer que a veces… a mí me gusta viajar mucho y te llevas sorpresas muy agradables. Por ejemplo, las diferentes variedades de Guinness son de una calidad excelente. Y aquí en España hay muy buenos maestros cerveceros y no quiero mencionar ninguno para que no se enfade nadie (Risas).

¿Y al contrario, algún tipo de cerveza que te guste menos?

Todo es muy relativo. Aquí hay un señor, Ginés, que hace una cerveza excelente, El Cantero. Trabaja para muchos nómadas. Pues la primera vez que probé su cerveza, no estaba en buen estado, en un local muy importante y yo dije, madre mía, qué desastre. Seguramente se habría estropeado al almacenarla y luego la probé posteriormente y ahora es una de mis favoritas. Así que hay que tener cuidado.

¿Tiene fin la colección?

No me he planteado esta pregunta. A lo mejor cuando muera, mis botellas están en el rastro. Yo lo disfruto y el día que me muera, si alguien quiere seguir, que siga. Y si lo quieren vender que lo vendan. A otro le hará feliz, porque esto no deja de ser patrimonio histórico aunque sea modesto y humilde, pues que lo disfrute y ya está. En Irlanda hay muchos pequeños museos de las marcas locales. Aquí, en Jaén, hay algo parecido con la marca local El Alcázar y no deja de ser historia local.

Por último, ¿qué recomendarías o qué les dirías a los futuros coleccionistas o a los que llevan poco en este mundillo del coleccionismo?

Yo les diría, en primer lugar, que es una afición. Que nadie piense que se va a ganar la vida con ello. Ha habido gente que se ha puesto a comprar como loco para luego revender. Esto es una afición y tiene que ser algo que te relaje de la vida y con lo que disfrutes. Y que tengan paciencia porque las colecciones se hacen con paciencia, poco a poco. Y que detrás de la cerveza hay mucha historia y mucha cultura. Es la bebida de la felicidad; consumo responsable pero ampliar conocimientos sobre el mundo de la cerveza.

Como escuché una vez, quién se casa con un coleccionista es como quién se casa con un cojo; toda la vida va a ser cojo; pues el coleccionista va a ser toda la vida coleccionista.